Como temo por mi salud mental he evitado en todo momento no ver, ni escuchar, más de cinco minutos de la verbena celebrada hoy en el Congreso de los Diputados.
Poco he podido escuchar, pero por lo poco que he escuchado, presiento que tendremos otros cuatro años más de NADA y de tomadura de pelo.
Lo que me llamó poderosamente la atención del discurso de ZP es el vocabulario que ha empleado. A simple vista puede parecer que es el típico discurso populista, el discurso del ¡joder que majo soy y que bien lo hago! Pero no, hay más detrás de esas palabras en apariencia, vacías y retóricas.
No sé si alguien se percató de un sutil detalle que, siendo sutil no deja de estar lleno de maldad. Me refiero al empleo de la palabra:
“decente” Zapatero ha empleado esta palabra para calificar las políticas que él pretende hacer. En un principio no parece haber nada maligno en esta palabra pero sí que lo hay, nos daremos cuenta si nos ponemos a pensar.
Decente, esa es la política que pretende poner en práctica, pero, ¿y si la oposición no está de acuerdo con esa política llamada
“decente”? muy sencillo, todo aquel que no aplauda con las orejas las políticas decentes de ZP será automáticamente un indecente, al que hay que aislar con un cordón sanitario, ¡ni que decir tiene!
Zapatero lo ha dejado muy claro, como él y sólo él, es el elegido por los dioses del Olimpo, tiene la autoridad moral para definir moralmente sus políticas y la de los demás. No habla de políticas equivocadas, erróneas, no, sólo emplea el adjetivo
decente o indecente para valorar las políticas de unos y otros.
Muy peligroso y sectario me parece ZP, sus palabras llenas de maldad oculta muestran su verdadera cara, no la de la sonrisa, la de aspirante a dictador o líder espiritual de alguna secta destructiva de tres al cuarto, con autoridad moral para definir políticas moralmente, ¡será majadero!
Muy peligroso este ZP ¿no?
