
Al cumplirse 5 años del horrible atentado de Atocha, observo con pena que somos un país de miserables.
Los actos en memoria de las víctimas se han reducido a la mínima expresión, las más altas autoridades (casa real -sí, con minúsculas-, presidencia del gobierno…) ni están ni se les espera y, para colmo, algunos políticos
boicotean homenajes como el de la Comunidad de Madrid, por sus miserables rencillas políticas y sectarias.
Están previstos varios actos, uno de los sindicatos, otro del Ayuntamiento, otro de la Comunidad de Madrid, otro de ciudadanos anónimos… todo en pequeñito, en grupitos, todos quieren figurar, pero no son capaces de unirse para hacer algo digno, que es lo que merecen las víctimas y sus familias.
Me gustaría recordar a todos estos politicuchos, que fueron asesinadas 191 personas en el atentado más grande de nuestra historia, y lo menos que se merecen, es que el día en que se cumple el aniversario de semejante horror, todos tengamos un mínimo de decencia, de educación o de cómo quieran llamarlo y estemos al lado de sus seres queridos, arropándoles y rindiendo homenaje a los que fueron vilmente asesinados, que podíamos haber sido cualquiera de nosotros.
Miro con envidia la actitud de los norteamericanos, que, cada 11 de septiembre, todos juntos, recuerdan a las víctimas y arropan a sus familiares y amigos, haciendo más cálido y soportable cada aniversario. Pero claro, ellos tienen muy claro quiénes son los
malos y, además, cuando se trata de honrar a sus muertos, no hay partidos, ni colores, ni ideologías, ni tonterías.
Por mi parte, mi recuerdo para las víctimas y mi cariño y solidaridad para sus familiares y amigos. No les olvidaré y espero que algún día los verdaderos culpables paguen por todo el dolor que han causado, pero eso es otra historia…
-Actualización-Acabo de leer que la presidenta de la
Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M,
Ángeles Domínguez, ha declarado que se sienten
“abandonados por las instituciones, el gobierno y la oposición”. Reitero lo dicho, somos un país de miserables.