
En cualquier lugar del mundo civilizado las discusiones políticas quedan es eso, discusiones políticas, no pasa lo mismo en España.
Desde hace más de cuatro años estamos sufriendo, los que no somos de izquierdas, un continuado acoso y derribo que, de seguir así, en pocos años seremos anulados como personas, convertidos en carne de gheto y ¡quién sabe! igual merecedores de aniquilación.
La idea de la izquierda es clara, se empieza por anular y desprestigiar toda persona que no piense como ellos, con el fin de despojarlos de toda credibilidad, veracidad hasta convertirles en seres inferiores merecedores de todo castigo.
Se empieza por los
medios de comunicación que no sean afines a su política de aniquilación. ¿Cuántas veces hemos comentado una noticia que hemos leído o escuchado en medios como COPE, El Mundo o Telemadrid y nos han respondido con un “bueh! Si lo dicen ellos es mentira”?
Esto mismo ocurre con
escritores, como por ejemplo César Vidal, cualquiera de sus libros es puesto en duda por la izquierda, ya sea un libro de historia o uno de cuentos, si lo escribe él ya habrá alguna zorra que quiera quemar sus libros.
En el campo del
cine pasa lo mismo, un ejemplo muy claro lo podemos ver con las películas de J.L. Garci, todas ellas merecedoras del desprecio de la izquierda.
Los
periodistas también sufren este acoso, hay que destacar el caso de Federico J. Losantos o Hermann Tertsch, expulsado de El País por discrepar del discurso oficial.
Los
artistas e intelectuales tampoco se escapan de las garras de los liberticidas, para ellos existe el famoso “cordón sanitario” que les despoja de cualquier virtud sólo por no ser de izquierdas.
Y como no podía ser de otra manera, la
Iglesia Católica es otro de los colectivos que deben ser erradicados por las izquierdas, no así otras religiones, como la islámica, mucho más liberticida pero amiga de ideales totalitarios, es por ello que es respetada y en muchos casos, se ensalzan sus virtudes, que también las tiene.
Una vez que los medios de comunicación, los intelectuales, los artistas, los periodistas y la Iglesia han sido apartados de la sociedad, dejando ciegos, sordos y mudos a los ciudadanos, toca acabar con sus
representantes políticos.
El caso más claro lo tenemos con Aznar, sólo nombrarle es casi un delito, no hay día en el que el ex presidente no salga en la prensa de izquierdas para descalificarle y acusarle hasta de las Guerras Púnicas. Este ataque total ha dado excelentes resultados, Aznar es la bestia negra, el monstruo de siete cabezas que provoca plagas de langostas y la peste negra con sólo nombrarle.
Ni que decir tiene que todo esto empezó hace ya unos años, en aquel tiempo en el que atacar sedes del Partido Popular era casi un deporte nacional. ¿Nadie recuerda aquellos ataques, las peticiones de los populares para que la izquierda los condene y el absoluto silencio de los partidos políticos de la izquierda?
Ahora le toca el turno a otro de los políticos que ellos consideran un verdadero peligro. Hace tiempo le tacharon de tonta ignorante, todo porque no conocía al más influyente de los intelectuales del siglo XX, Santiago Segura. Después, la misnistra de Fomento quiso verla en las vías del tren o colgada de la catenaria, hoy Pepiño Blanco parece que se lamenta de que regrese sana y salva de un atentado terrorista. Sí, se trata de Esperanza Aguirre.
¿Cuál será el próximo objetivo al que hay que aniquilar? ¿lo dudas?
El próximo eres tú y yo.